Alemania está en una encrucijada y ahora para Friedrich Merz el trabajo duro comienza. El punto de esta elección nunca se trató solo de la lucha de una nación por redescubrir su esencia económica o reevaluar su política de asilo, importantes como esos temas son absolutamente. También se trata de la capacidad de Alemania para convertirse en la potencia mundial segura que muchos de sus aliados quieren que sea. Mientras que hay capitales en Europa que buscan a Berlín para un liderazgo global, dentro de Alemania, las prioridades son muchas veces diferentes. Merz ahora tendrá que equilibrar esas demandas junto con los compromisos inevitables que vienen con la formación de coaliciones. Su promesa de representar a todos viene en medio de claras y marcadas divisiones en Alemania.
