John Simpson
Director de Asuntos Mundiales
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De vez en cuando, hay años en los que el mundo atraviesa algunos cambios fundamentales, convulsivos. 1968, con la invasión soviética de Checoslovaquia, los disturbios de París y las protestas contra la guerra de Vietnam en América, fue uno de ellos. 1989, el año de la masacre de Tiananmen, la caída del Muro de Berlín y la implosión del imperio soviético, fue otro.
Estuve presente para ver cada una de estas cosas suceder, y desde esa perspectiva me parece que, tan solo a siete semanas de comenzar, el 2025 podría ser un año así: un momento en el que las suposiciones básicas sobre cómo funciona nuestro mundo son introducidas en la trituradora.
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Las protestas globales contra la guerra de Vietnam se generalizaron en 1968
La razón básica, por supuesto, es Donald Trump.
Desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, cada uno de los 13 presidentes de los Estados Unidos antes del actual mandato de Trump ha al menos hecho oídos sordos a un conjunto de principios geopolíticos clave: que la seguridad de América dependía de proteger a Europa de Rusia, y a los países no comunistas de Asia contra China.
Trump ha puesto todo esto patas arriba. Dice que está poniendo los intereses de América en primer lugar, muy por encima de todo lo demás. Mayormente, todo se reduce a la única pregunta de cuánto le cuesta a Estados Unidos.
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La caída del Muro de Berlín en 1989 envió ondas de choque por todo el mundo
En sí mismo, esto es bastante difícil para sus amigos y aliados en el extranjero, especialmente en Europa. Pero se vuelve mucho más difícil debido a la propia personalidad de Trump. Ningún presidente de los Estados Unidos en tiempos modernos, ni siquiera Richard Nixon, ha dejado que sus características personales moldeen sus políticas como lo hace Trump.
“Es como Luis XIV,” me dijo un diplomático estadounidense retirado, refiriéndose al Rey Sol de Francia autoengrandecedor.
Críticos como este creen que Trump es impresionantemente vanidoso y sorprendentemente delicado a la vez. Como resultado, los nombramientos que lo rodean, personas como Elon Musk y JD Vance, quizás piensan que su posición depende enteramente de cuánto lo alaben y respalden sus opiniones.
Cuando el presidente Trump afirma, sin evidencia, que el presidente Volodymyr Zelensky de Ucrania es corrupto y tiene una baja calificación de aprobación, entonces Musk va más allá: se suma para decir que Zelensky es despreciado por el pueblo ucraniano y se alimenta de los cadáveres de soldados ucranianos.
Nadie en el círculo de Trump hoy, parece, toserá discretamente y dirá “Señor Presidente, tal vez debería considerar retroceder en esa declaración.”
Juzgando por su mandato anterior, podemos estar seguros de que cada una de las personas a su alrededor sabe lo mucho que detesta ser contradicho. Y también sabrán que muchos votantes respaldan plenamente la forma en que Trump aborda las cosas, y sienten que han estado financiando la seguridad en un continente lejano.
Ver: Lo que Trump y Zelensky han dicho el uno del otro mientras se profundiza la fractura
Se ha comprometido a detener la guerra en Ucrania para Semana Santa. Tiene absolutamente razón cuando dice que el presidente Vladimir Putin está interesado en esto. Las tropas rusas están, por pura fuerza numérica, logrando avances lentos en la parte oriental de Ucrania.
Pero el costo en vidas rusas es inmenso. Si el proceso continúa, es posible que Rusia tenga que recurrir al reclutamiento, lo que sería peligrosamente impopular y podría incluso desestabilizar el régimen de Putin. Todo lo que Trump dice sobre conseguir la paz es música para sus oídos.
John Bolton, asesor de seguridad nacional de Trump durante su primera administración y lejos de ser sumiso, dijo el otro día que abrirían el champán en el Kremlin cuando escucharon el plan de paz de la administración de Trump. Ciertamente se sintió como un momento histórico, no solo en Moscú, sino en todo el mundo.
Putin ha respaldado claramente la idea de que Trump ganó realmente las elecciones de 2020. Puede que no sea cierto, pero el presidente Putin sabe que Trump favorece a cualquiera que respalde su opinión de las cosas.
¿Por qué, en cambio, Trump y las personas que lo rodean han sido tan duros con el presidente Zelensky? Debe ser en parte porque no está obedeciendo lo que le dicen, como regresar a la mesa de negociaciones y llegar a un acuerdo sobre el acceso de Estados Unidos a los minerales críticos de Ucrania.
Al mismo tiempo, el presidente Trump entiende que Zelensky es el eslabón más débil en el trío Estados Unidos-Rusia-Ucrania, y puede ser presionado de una manera que Putin no puede. Cuanta más presión se ejerza sobre Zelensky, más rápido llegará un acuerdo de paz.
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El presidente Trump nunca parece, al menos en público, mostrar mucho interés en los detalles de cualquier acuerdo. Lo que le importa es el acuerdo en sí, incluso si Ucrania y sus aliados creen que es manifiestamente injusto y permite a Rusia volver en una fecha futura y comenzar la guerra de nuevo.
Diplomáticos británicos y alemanes que conozco han estado furiosos por la forma en que Trump llevó a Rusia a la mesa de negociaciones. “Tenía dos cartas que jugar,” dijo uno. “La primera era el aislamiento de Rusia. Putin habría hecho muchas concesiones para sentarse a hablar con América, solo que Trump no insistió en ninguna concesión en absoluto. Simplemente lo dejó sentarse y empezar a hablar.”
La otra carta, dijo el diplomático, era insistir en que a Ucrania se le permitiera unirse a la OTAN. “Trump podría haber agitado esto y sacado todo tipo de acuerdos de Putin, para finalmente decir ‘de acuerdo, Ucrania no se unirá a la OTAN en ese caso.’ En las capitales europeas se siente que él tiró estas dos cartas esenciales antes incluso de que comenzaran las negociaciones, sin ninguna condición previa.
Sin embargo, ya algunos diplomáticos europeos con experiencia en política estadounidense están aconsejando a sus gobiernos que este periodo monárquico en la gran presidencia de Donald Trump, donde sus asesores le rinden pleitesía (literamente se refirió a sí mismo como “rey” esta semana), no durará.
Trump actualmente tiene control de un Congreso dócil y una Corte Suprema conservadora, pero en solo 20 meses, en noviembre de 2026, habrá elecciones de medio término en los Estados Unidos.
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Hay señales de que la inflación está comenzando a aumentar en América, y suficientes personas podrían verse afectadas gravemente por los trastornos para querer castigar a los republicanos de Trump.
Si pierde el control de una o ambas Cámaras, el poder que tiene en la actualidad de llevar a cabo cada plan y política, no importa cuán controvertidos sean, disminuirá.
Pero muchas cosas pueden suceder en el próximo año y ocho meses. El expansionismo de Trump podría darle confianza a China. Una gran guerra comercial internacional, desencadenada por los aranceles de Trump, podría estallar. La Unión Europea parece destinada a convertirse en políticamente y económicamente más débil que nunca.
Acordar la paz en Ucrania en los términos de Rusia será algo completamente nuevo para Estados Unidos. En la gran mayoría de las negociaciones desde 1945, Rusia ha tenido dificultades para salirse con la suya debido a la fuerza económica y militar de América.
Ahora el presidente Putin, habiendo tomado la costosa decisión de invadir Ucrania hace tres años, parece probable que salga victorioso y prospere.
Si eso sucede, entonces el 2025 será recordado como un año clave: un momento en el que la historia del mundo cambió y nunca volvió a ser igual.
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