Con $15 al mes, los maestros en Venezuela viven al día.

Con un salario mensual de $15, un maestro en Venezuela gana mucho menos de lo necesario para cubrir sus necesidades básicas de alimentación, ni hablar del alquiler o la medicina. Muchos en el país sudamericano en crisis se ven obligados a trabajar en varios empleos, o a reunir su dinero con la familia. Miles han emigrado en busca de una mayor estabilidad financiera. Maria Cerezo, de 70 años, que ha sido maestra en el sector público durante 39 años, comentó: “Durante los últimos dos años, la situación ha sido horrible; ni siquiera puedes comprar zapatos.” Cerezo seleccionó un vestido de nylon azul con lunares blancos, con un precio de $2, en una tienda de segunda mano en Caracas. “Lo compraré mañana, si Dios quiere, porque hoy no tengo el dinero”, explicó Cerezo. Recuerda una época en la que un maestro podía comprar “ropa, zapatos, electrodomésticos” con su bono anual. Hoy en día, “eso no es posible”. Una canasta de alimentos esenciales para una familia de cuatro en Venezuela cuesta alrededor de $500 al mes, 33 veces el salario de un maestro, una profesión que históricamente ha sido mal pagada, pero nunca tan poco como ahora. El presupuesto familiar de Cerezo se ve aumentado por los salarios de su hija, también maestra, y de su esposo, abogado. Un descenso del 80% en el PIB durante una década de gobierno cada vez más represivo del presidente Nicolás Maduro desde 2013 ha llevado a más de ocho millones de venezolanos, una cuarta parte de la población, a buscar una vida mejor en otro lugar. Un salario de un maestro del sector público ni siquiera se encuentra entre los más bajos. El salario mínimo en Venezuela hoy es de $2 al mes, al que el gobierno complementa con subsidios. En el sector privado, el ingreso mensual promedio es de alrededor de $200. La mayoría de las escuelas públicas operan hoy solo dos o tres días a la semana para que los maestros puedan trabajar en otros empleos. Algunos dan clases particulares, otros conducen taxis o venden artesanías. El sistema educativo de Venezuela tiene un déficit de 200,000 maestros, según el gobierno, y la inscripción de estudiantes en formación docente ha disminuido casi un 90%. Para aquellos que permanecen en la profesión, está la tienda de segunda mano El Ropero Solidario en Caracas, dirigida por la maestra Kethy Mendoza y apoyada por la Federación Venezolana de Maestros. Gran parte de la mercancía proviene de educadores, que reciben la mitad del precio de venta de un artículo de ropa, que también pueden optar por donar, mientras que la otra mitad mantiene en funcionamiento la tienda. “Somos modelos a seguir para los niños”, explicó Mendoza, de 64 años, de la iniciativa, que también tiene como objetivo ayudar a los maestros que necesitan medicamentos, alimentos y atención médica de emergencia. “Si vamos a la escuela mal vestidos porque la crisis económica no nos permite comprar un cambio de ropa o zapatos decentes, ¿cómo podemos esperar que los alumnos vengan vestidos adecuadamente, presentables?” Maduro, quien aseguró la victoria en las elecciones de julio de 2024 que la oposición y gran parte de la comunidad internacional dicen que robó, insiste en que los bajos salarios son consecuencia de sanciones internacionales. Los expertos señalan la mala gestión económica y la corrupción en el ex estado petrolero rico en petróleo como otros factores.

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