El show de medio tiempo del Super Bowl de Kendrick Lamar fue una gran tentación.

Not Like Us fue el clímax indudable, pero Lamar dio una vuelta de victoria en el pegajoso himno de la Costa Oeste, TV Off, donde se jactó, “sí, alguien tiene que hacerlo”.

Fue acompañado en el escenario por el productor de la canción, Mostaza, quien agarraba un balón de fútbol mientras lucía los jeans más grandes del mundo, antes de que Lamar señalara un control remoto imaginario a la cámara e intonara, “Juego Terminado”.

Para los fans, fue una actuación poderosa, llena de huevos de Pascua, incluido un fragmento de la canción inédita Cuerpos.

Los espectadores casuales podrían haber estado más de acuerdo con la súplica de Samuel L Jackson para que Lamar lo tomará con calma; sobre todo porque algunas de sus letras más densamente escritas fueron ininteligibles debido al eco cavernoso del estadio.

Y fue notable que Lamar omitió tocar su himno de derechos civiles Bien, en un año en el que la NFL eligió eliminar la frase “poner fin al racismo” de la zona de anotación del campo de fútbol.

La frase había estado presente en el Super Bowl desde 2020, en medio de las protestas de Black Lives Matter, para las cuales Bien se había convertido en la banda sonora no oficial.

Muchos esperaban que Lamar hiciera una declaración más grande, sobre todo con la presencia del Presidente Donald Trump, pero la actuación del artista se mantuvo resueltamente tranquila, a menos que, claro está, te llames Drake.

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